Una excelente noticia es que Zero Kill, la banda liderada por Benito Cerati, estará en Guadalajara para ofrecer un concierto en el Centro Cultural André Bretón. Sí, el hijo de la leyenda Gustavo Cerati regresa a la Perla Tapatía —habrá que recordar que ya estuvo en tierras jaliscienses pues participó en el Cosquín Rock de 2017—, sólo que ahora lo hace en un foro intimista y en donde seguramente habrá un perfecta interacción con su público. Como ya se sabe, Benito Cerati tiene actualmente una participación en vídeo dentro de la gira Gracias Totales de Soda Stereo. Pocas semanas antes de iniciar está gira que revive el legado de la banda creadora de “Primavera 0”, Benito dejó en claro que no quería estar rolando con la agrupación de su fallecido padre. “No podría estar girando con Soda, primero porque no tengo ganas, no me representa y segundo, tengo mi propio proyecto en el que estoty ocupado”, fue lo que dijo a través de sus redes sociales. La velada contará con la participación de Niza Buenrostro, cantante tapatía que maneja un delicado rock pop y que presentará dentro del Bretón su disco Energías Duales. Por su parte, Zero Kill hará lo propio con Unisex, álbum publicado a finales de 2018 y en donde Benito sigue caminando por las sensaciones sonoras del rock y la electrónica envolvente. Aunque ha recibido infinidad de críticas porque cierto sector alude que aprovecha el apellido que le tocó tener para sobresalir en la industria discográfica, él dice que no busca contestar o llenar expectativas, así que lo que realmente le interesa es conectar con sus seguidores y generar un diálogo. Así que atentos a las sorpresas que Zero Kill seguramente presentará en su show de Guadalajara. La cita es el 11 de marzo, a partir de las 22:00 horas. El costo de los boletos es de $150 pesos pre venta, $200 día del evento y $300 pesos meet & greet.
El proyecto del británico Roman Harris visita tierras tapatías para un show que pinta prometedor.
VNV Nation es una abreviación para el lema de Victory Not Vengeance, basado en la filosofía de la banda sobre que hay que buscar el triunfo y no las lamentaciones. El proyecto comenzó en 1990 y originalmente inició como un proyecto solista de Roman, a quien tiempo después se le uniría Mark Jackson.
Su música consiste en una mezcla de synth pop, industrial y EBM, que trae como resultado lo que ellos bautizaron como “future pop”
La cita es este viernes 21 de febrero en C3 Stage a la 21:00 horas.
Y si aún no has los has escuchado te compartimos una de sus canciones:
Hace un mes después del Festival Coordenada fui a cenar con unos amigos. En el puesto de comida nos topamos con un montón de señores que venían del concierto de Guns N’ Roses en el Estadio Jalisco. A oídas escuchamos toda su plática sobre la presentación de Axl Rose y compañía: “Ya el Axl no es lo que solía ser, ya está bien ‘botarga’” “No estuvo mal, si valió la pena ¿no?”, “Nada que ver con la vez que se presentaron en el ‘93”, “Chingue a su madre, a mí sí me gusto”.
A manera de broma, mis amigos y yo nos pusimos a imaginar cómo sería cuando fuéramos a conciertos a los casi 50 y quién sería el Guns de nuestra generación, los millenials. Entre los candidatos estuvieron: Tame Impala, The Arctic Monkeys, Interpol, Franz Ferdinand, The Killers, Kings Of Leon y The Strokes (estimado chavorruco si se quiere ofender por considerar a estas bandas millenials, dese cuenta que el apogeo del grunge fue casi 25 años atrás y a principios de los 2000 su alma ya estaba atrapada en una oficina).
El Corona Capital nos dio un ganador
La primera señal de alerta debió ser la emoción
que me provocó ver a los neoyorkinos como headliners del festival junto a Interpol, Franz Ferdinand, Billie Eilish,
Keane, y Nick Murphy; todos
ellos con material nuevo en los dos últimos años, a diferencia del hiato de
casi siete años sin un álbum de estudio en forma por parte de Julian
Casablancas y compañía.
La segunda señal debió ser el propio Julian
Casablancas, quien no solo ya tiene una finta de haberse comido todas las donas
y pizzas que dejó intactas Axl Rose, sino que para esta edición del Corona
también agendó su proyecto personal: The
Voidz. Más allá de discutir la relevancia musical de un grupo que solemos
escuchar como placebo cuando no podemos tener a The Strokes en forma, es algo contraproducente cerrar un festival
de esta magnitud y pretender estar al cien por ciento para volver a presentarte
menos de 24 horas después.
Cuando les llegó el momento de cerrar la
jornada de sábado en el escenario principal, los miedos se disiparon por un
momento cuando temas como Heart in a Cage
y You Only Lice Once sonaron. Aunque
el abortagado Casablancas se veía lento al lado de un mejor conservado (irónicamente)
Albert Hammond Jr., interpretó sin problemas
otros hitos de la banda The Modern Age,
Under Control, Hard to Explain y Reptilia.
Conforme transcurrió la presentación, The
Strokes no dejó fuera nada que no formara parte su arsenal mayor: Someday, Is This It, Juicebox y The Last Night (las tres
últimas en encore) hicieron acto de presencia. Al final el saldo, pese a los
veinte minutos faltantes previstos en el horario, fue de 18 temas.
¿Realmente
hubo una deuda por parte The Strokes?
Aunque el
número de canciones es normal para el estándar de festivales y no faltaron los
clásicos; es comprensible la molestia del público en el Autódromo Hermanos
Rodríguez, si consideramos joyas en vivo
que nos han dejado Foo Fighters, Robbie
Williams, The Killers y Jack White contra la lluvia. El sábado
suele ser encabezado por showmen experimentados y el gordibueno Julian dejó una
impresión incluso de estar en sintonía con Felipe
Calderón en un acto de Margarita
Zavala. La molestia no mermó al ver a Casablancas al día siguiente más
bonachón y vivo en la presentación de TheVoidz. ¿Será The Strokes solo el cochinito del cantante y su corazón su proyecto
personal?
Al final, con un par de amigos
me encontré haciendo los mismos comentarios que ese grupo de cuarentones en una
taquería: “Ya el Julian no es lo que
solía ser, ya está bien botarga”, “Se pasó de lanza”, “No está tan mal ¿o
sí?” (Esta última frase dicha con la convicción de quien bebe un envase de
leche el día de su caducidad).
La moraleja de esto es que no el tiempo no perdona ni a rockstars ni a fanáticos y que hay que aprender a vivir con ello de la manera más digna, o dicho de otra manera: cuando me encuentre en una taquería con otros cuarentones de aquí a 15 años después del concierto de The Strokes en el Estadio Jalisco, si nos llegamos a topar con un grupo de chavales que vienen de un festival de inteligencias artificiales no binarias que hacen trap, en lugar de escucharme decir: “Nada que ver con la vez que se presentaron en el Corona Capital en el 2019”, espero ser el sujeto alivianado que dijo sin pena: “Chingue a su madre, a mí sí me gustó”.
Han pasado ya cinco años de que las leyendas del thrash metal pisaron tierras tapatías por última vez, este 29 de noviembre tenemos la oportunidad de verlos nuevamente de la mano de Live Talent, previo a su show en el Force Fest.
El show será en C3 Stage y no vendran solos, si no que contaran con la compañía de talento local y latinoamericano, como lo son el trio argentino de hardcore Carajo, los brasileños Project 46 con su nu metal y en el lado local a Cemican y su folk metal prehispánico y el latin core de Thell Barrio.
Los boletos ya se encuentran a la venta en taquillas de C3 y vía ticketnow. General: $780.00 VIP: $1000 (limitado a 50 boletos, incluye poster, rifa m&g, zona de balcon y acceso preferente)
Nota: Cada cita empleada en esta nota es una frase real escuchada por el autor.
“Es alguien
a quien admiramos y creemos que está inspirando e innovando” dice Jack White antes presentar a Billie
Eilish Pirate Baird O’Connell (es su nombre real) para grabar su álbum en vivo
bajo el padrinazgo de Third Man Records, el sello discográfico del propio White
y uno de los más respetados de la escena alternativa.
A la admiración del ex White Stripe por la joven de 17 años se suman la de artistas como: Elton John, Thom Yorke, Lana del Rey, Taylor Swift, Billie Joe Armstrong y Dave Grohl; la de la crítica especializada; y la de las generaciones Y y Z que se ven identificadas en la actitud y estilo de la cantante. Desde que consiguió su primer hit con Ocean Eyes, la artista pop alternativa no ha dejado de llamar la atención por una imagen dentro y fuera del escenario que contrasta con los lugares comunes de las estrellas pop jóvenes.
La chica
rara con Tourette y pants
Cuando era
joven, a Eilish se le diagnosticó síndrome
de Tourette. Este desorden la volvió cohibida debido a las dificultades que
provoca en la interacción social; por lo mismo, la tuvo que ser educada en
casa. Bajo esas circunstancias, no tuvo más remedio que utilizar su tiempo en
aprender canto, baile y a tocar múltiples instrumentos.
Tiempo después su hermano escribiría la ya mencionada Ocean Eyes, lanzada como un sencillo en 2016. A partir de este punto la cantante tendría una seguidilla de tres año de lanzamiento de sencillos y EPs sin que se concretara un disco en forma, aunque tuvieron el suficiente impacto para mantenerla vigente y generar expectativas de cara a su obra maestra.
When We All Fall Asleep, Where Do We Go? De 2019 no solo presentó una selección interesante de electro-pop con avant garde, sino que develó la nueva imagen de Eilish. Atrás quedó la niña que cantaba melodías rosas ad hoc con su imagen. La nueva Billie mostró una madurez creativa e ideológica poco común para una artista pop. En lugar de mostrar una sensualidad desbordada para dejar en claro que ya no era una niña (como pasó con las chicas Disney), tomó la imagen cringe de los artistas de trap que aunada a una actitud irreverente, presentó a la perfecta adolescente: rebelde, desinhibida, cautivadora para sus contemporáneos, detestable para las personas mayores.
“Morra
necesitada de atención”
Facebook / Billie Eilish
Contrastante
con la buena recepción que ha recibido Eilish, está la opinión de sus
detractores quienes la tachan fantoche, necesitada de atención y su música
pobre. Está opinión no viene de un sector de la crítica, ni de un grupo de
celebridades, y tampoco de los consumidores principales de contenido hoy en día
(millenials y centenials); sino de público arriba de 45 años.
Aunque pueda haber excepciones a la regla, si uno se dirige con una persona de cuarenta y pico años, y trata de hacerle escuchar algo del material de la cantante puede que reciba comentarios como: “¿por qué se viste así?”, “Seguro es reggaetón”, “Soy el único que no sabe quién esta niña?”,“Ya no hay música que valga la pena” y cuanta frase cliché pueda esperar escuchar uno si le pone un disco de metal o rap a su abuelita. Al final de este ejercicio terminas sintiéndote como si hubieran confundido tu dibujo de una serpiente devorando un elefante con un sombrero.
Por supuesto la situación de Eilish no es distinta a la de la mayoría de artistas de menos de 35 (“Gretta Van Fleet solo le copia a Led Zeppelin”), a la de intérpretes mujeres (Revisen cuántos headliners femeninos hay en los festivales en una época en la que las mejores propuestas son femeninas), o la de cualquiera que no interprete el rock, pop y rap con el que crecieron nuestros padres (“¿Qué es un Kendrink Lamar?”). Incluso si uno cae dentro de la gracia de este sector, la recompensa no es mejor, ¿recuerdan los fascinados que estaban los señores rockeros con The Warming? La banda de hermanas regias, de entre 12 y 15 años, que a mediados de los 2010 se volvió viral por tocar covers de Metallica y que motivo a cada chavorruco a decir: “El rock no ha muerto”, su música original no se compartió en FB con un soso “aún hay esperanza para la humanidad”.
A pesar de que no haya interés en este sector de edad por la música de Billie Eilish, si lo hay en otro aspecto de ella: su cuerpo y su sexualidad. La decisión de la cantante de mantener oculta su figura bajo capas de ropa holgada parece razonable al saber que en redes abundan los perfiles que cuentan los días para que ella alcance la mayoría de edad y sea “legal” (si necesitas una pausa para vomitar, aquí te espero).
Entonces las posibilidades que ofrece el público boomer y gen x para una chica de 17 años es ser una niña adorable que toca covers olvidables o una fantasía sexual inapropiada.
Contrataque
ESPECIAL
Bad Guy, la primera canción de su LP, fue el grito de guerra de la nueva etapa de Eilish. El videoclip que acompaña al tema comienza con la cantante diciendo incoherencias antes de aparecer ataviada con ropa holgada y empezar a bailar incómodamente. Una toma muestra a unos hombres gordos de aproximadamente 50 años hacer un bailecito de papá (piensa en tu viejo en las bodas) de mala gana a ritmo de la canción. Otra toma muestra a un grupo de jóvenes adultos en triciclo. El contenido semántico en esas imágenes es importante porque a través de ellas Billie hace una declaración de principios contra detractores y acosadores: “Si vamos a tener una conversación incomoda, no va a ser la que tú quieras”.
La ropa deportiva oculta la figura que anhelan
ver los pervertidos que quieren verla “madurar”. Si esto no basta para matar el
sex appeal, tal vez lo haga el movimiento desagradable de sus rodillas, su
nariz sangrando, su aparato dental o el
baile de “niña fantoche”. Muerta la fantasía sexual, solo le queda a los
señores “bailar” incómodamente la canción (algo que suele pasar entre hombres,
si uno va a un antro, siempre puede encontrar al menos a sujeto heteronormado ad
nauseam junto a la barra moviendo la cabeza al ritmo de un tema pop mientras
sostiene su bebida, suele ser un acarreado de su novia o de sus amigas y
preferiría estar en Chernóbil que ese lugar). Por otra parte, las imágenes de ella
y otros jóvenes paseando en triciclo puede interpretarse como la imagen de
infantilismo que tienen las generaciones mayores de millenials y centenials.
En un mundo en el que destacan las acciones de Greta Thunberg, Malala Yousafzai, Emma Watson, chicas con pañuelos verdes y diamantina, y otras voces jóvenes más, la propia Billie Eilish pelea desde la trinchera de la música con su discurso de aceptación personal y contra la cosificación de las personas. Ella sabe que hay una guerra por pelear contra quienes están más preocupados por si las películas de Netflix cuentan como cine y por cuánto gastamos en tostadas con aguacate, en lugar pensar en los problemas reales del mundo. Tal y como dice una de sus canciones: All the good girls go to hell ‘cause even God herself has enemies, jugar limpio no es una opción y antes de que el grito de guerra “Ok, boomer” hiciera su aparición, Eilish advirtió lo siguiente: “My turn to ignore you, don’t say I didn’t warn you”.
Como si el
universo por fin estuviera dispuesto a darle Donald Trump el castigo que merece, este fin de semana arranca con
la noticia de la reunión de Rage Against
The Machine para el próximo año.
La tropa de Tom Morello anunció hoy a Forbes, a través de unos asociados, una serie de fechas en marzo y abril en Estados Unidos, entre las que destacan su presencia en Coachella y, para beneplácito de Cd. Juárez, una en El Paso, Texas (26). Las otras presentaciones serán en Las Cruces, Nuevo México (28) y Phoenix, Arizona (30). No está claro si esta reunión se extenderá a una gira internacional, pero la posibilidad está en el aire.
Es
imposible saber si la reunión va íntimamente ligada al año electoral en Estados
Unidos o a que el clima político del mundo en general pedía a gritos un retorno
de RATM, lo cierto es que en tiempo de gran incertidumbre siempre vuelven los
angelinos para hacer manifiestos de protesta y denuncia ante la mirada atónita de
un entrevistador o promotor que esperaba tener en escena otro grupo soso para
elevar su rating (googleen Rage Agaist The Machine in Saturday Night Live).
¿Solo conciertos?
¿Qué podemos esperar de los “Renegados del Funk”? Imposible saberlo. Cuando dieron por terminado su último ciclo en 2010 tras una serie presentaciones históricas en Sudamérica, Morello nos quedó a deber un álbum de estudio en el que supuestamente estaban trabajando.
Una presentación incómoda ante los lerdos Jimmy Kimmel y Jimmy Fallon; Beto O’ Rourke vistiendo bermudas y botas de combate en mítines políticos mientras suena Killing in the Name; un disco que revitalice clásicos del rock a la manera rap metal que solo le sale bien a RATM (hay un círculo en el infierno para Fred Durst); tu tío rockero metalero poniendo en apuros a esa playera que se compró hace dos tallas; Donald Trump lloriqueando en Twitter a las 6:00 AM porque lo insultaron; las manifestaciones globales en contra de los malos gobiernos de izquierda y derecha sonorizadas con el poder de The Battle Of Los Angeles; Que el EZLN se ponga mamadísimo con solo escuchar los acordes de Sleep Now in the Fire. Estos son solo algunos de los posibles escenarios que podemos imaginar con Zack de la Rocha, Tom Morello, Tim Commerford, Brad Wilk cargando municiones en sus instrumentos.
Los
nefastos deben temer al desfile de toros que viene en camino.
Por meses se rumoreó el retorno de las leyendas del rock gótico a nuestro país. Al principio, ilusamente se manejó la posibilidad de que encabezaran un festival (algo que ni muertos harían los promotores mexicanos). Sin embargo, la llama de la esperanza ardió con intensidad cuando se filtró el cartel oficial del evento hace casi un mes. Con la rapidez y furor que se esparció el rumor, también lo hizo el pesimismo y la desilusión cuando no llegó un pronunciamiento oficial.
No obstante la banda confirmó hoy una única fecha en nuestro país en el no tan lejano 8 de octubre en el Foro Sol de la Ciudad de México. Debido a los tiempos y a lo tardío del anuncio, sería ilógico pensar en nuevas fechas para otras ciudades e incluso para la CDMX. Más vale pájaro en mano…
2019 no solo es un año de gran actividad para The Cure, sino uno muy festivo, además de volver en categoría de Hall of famers, celebran cuatro décadas de actividad y los 30 años del lanzamiento del tesoro musical llamado: Disintegration. Este año será costoso pero gratificante para sus fans: boxsets, vinilos conmemorativos, libros, estreno en cines de su show en Hyde Park, conciertos especiales entre los que destaca el Pasadena Daydream donde compartirán escenario con Pixies y Deftones entre otros artistas.
Por lo pronto México será parte de esa fiesta en el Foro Sol, en donde podrá corear los himnos ochenteros que nos mostraron la cara más dulce de la tristeza.
ESPECIAL
La preventa arranca el 28 de agosto para usuarios de Citibanamex y el 30 para el público en General. Más información a través del sitio de Ticketmaster.